Los barberos de Central y Newells: el corte de Malcorra, lookear a Ángel Di María y Ever Banega

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Elio y Enzo Saavedra son hermanos y se encargan de cortales el pelo a los jugadores de la Lepra y el Canalla, entre otros. En la previa al clásico rosarino contaron los pormenores del vínculo con los clubes

Por Bianca Ossola

Elio y Enzo Saavedra son mellizos, tienen 28 años y desde hace algún tiempo se dedican a cortarles el pelo a los futbolistas de Central y Newell’s. Lo hacen de manera oficial: ingresan con la valija de herramientas —tuneadas con luces LED y capas personalizadas— a las concentraciones de los planteles en la previa de los partidos de la Liga Profesional y le dan un nuevo look a quienes van a salir a la cancha al día siguiente a jugar con la pelota. Se ganaron la confianza de los futbolistas, y también de los entrenadores, a fuerza de trabajo y perseverancia.

En diálogo con «A Puro Click», los barberos rosarinos, respetuosos con sus clientes, contaron algunas anécdotas. Por ejemplo, a Enzo, Ignacio Malcorra cada vez que se sienta le pregunta si se corta el pelo y el barbero le dice que no, que es su marca registrada, que cuando termine el contrato de Central se lo corta. O con Elio, Luciano Herrera siempre se hace algo distinto e incluso, tras su gol en Copa Argentina ante Defensa y Justicia, hubo dedicatoria especial para el barbero leproso.

Llegar a formar parte, de alguna manera, del staff oficial de la Lepra y el Canalla no fue algo que les cayó del cielo. Lo trabajaron, lo buscaron.

Cuando comenzaron con la barbería, con Enzo a la cabeza, no se imaginaban que iban a terminar cortándole el pelo a Ángel Di María o a Ever Banega, y mucho menos a Keylor Navas.

Como sucede con quienes recién comienzan, los cortes al principio eran a amigos o familiares. Hasta que, por medio de una historia de Instagram, llegó el primer futbolista.

«Vi una historia de Marinelli que decía que necesitaba un barbero», contó Enzo. Era un domingo, y él estaba en Carcarañá, pero no dudó en volver a Rosario cuando Álan Marinelli le dijo que aceptaba cortarse con él. Ese fue el primero de muchos.

Después llegó Aldosivi, de Mar del Plata. El modus operandi era ver la lista de concentrados y «llenarlos de mensajes por Instagram», contó Elio. Emiliano Insúa fue el primero que respondió a esa búsqueda: «Estábamos nerviosos porque era la primera vez que íbamos a un hotel a trabajar».

Hoy son quienes se encargan de poner a punto, en cuanto a lo estético, a los futbolistas de Newell’s y Central. Y son los «externos» que los ven en la previa del clásico rosarino. Ambos coinciden en que siempre el ambiente es distendido, a veces incluso más de lo habitual.

Los hermanos llegan a las concentraciones correspondientes, se ubican en un espacio en Arroyo Seco y Bella Vista y comienzan su trabajo. Los cortes son «rápidos», pero no por eso desprolijos. La idea es no robarles mucho tiempo a los futbolistas que ya tienen la cabeza puesta en el partido del fin de semana. Ponen música, intercambian ideas de cortes y los asesoran sobre qué hacerse.

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