Celeste Cid recuerda cuando conoció a Korovsky, la noche con Susana que se borró de su memoria y las ganas de salir de sus lugares seguros

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Después de casi una década, Celeste Cid (41) vuelve al cine. Será a partir del 18 de septiembre con Papá x dos, una comedia familiar junto a Benjamín Vicuña (46) y Lucas Akoskin (46).

“En momentos de tantos enojos y violencia, es hermoso contar una historia suavecita, tierna y graciosa. Que nos muestre con nuestras inseguridades e imperfecciones”, le contó la actriz y escritora a Clarín en una entrevista profunda en la que se habló de todo, incluido la noche que “no pudo olvidar”, en la que conoció a su pareja, Santiago Korovsky (protagonista y director de División Palermo) y la que “no puede recordar”, en la que estuvo en el living de Susana Giménez.

Celeste Cid y Lucas Akoskin en «Papá x 2», que se estrena el 18 de septiembre. Foto de prensa

Los años ’80 se morían y Luis Alberto Spinetta no los iba a dejar apagarse sin una última gema: Fina ropa Blanca cuenta la historia de un hombre que se enamora de una mujer, pero no puede vencer sus inseguridades, ni sus fantasmas internos “Todos los espejos de su corazón se quebraron en mi/ todo el cielo se fue y en busca de qué/¿acaso las sombras huyan?”, canta El Flaco, magistralmente.

Casi cuatro décadas después, bajo la dirección de Hernán Guerschuny (Casi Feliz, Una noche de Amor), Papá x 2 parece ampliar aquella historia incluida en el disco Don Lucero de 1989: Santiago (Benjamín Vicuña) es un hombre de 45 años que hizo de la estructura una forma de vida y comienza una relación con Ana (Celeste Cid) que es una oda al arte y la espontaneidad.

Hasta aquí, es una historia de dos personas distintas que se enamoran. Pero todo se complejiza cuando ella le cuenta que está embarazada de su ex, Pancho (Lucas Akoskin), quien repentinamente llega de Miami para introducirse en la vida de la familia naciente y recordarle a Santiago todo lo que “no es”.

El regreso a la pantalla grande

-¿Cómo estás, a diez días de tu vuelta al cine después de casi una década, con Papá x 2?

-Con ansiedad, pero más alegría que ansiedad. Realizar una “peli” que va para los cines, después de tanto tiempo es una gran felicidad. Ahora que el cine está pasando este momento de florecer, esta película es una oda a la ternura y al romance; y volver a contar historias suavecitas, tiernas, casi como un susurro. En momentos de tanto grito y violencia me parece absolutamente necesario.

Una película no tanto de tiros y armas, aunque hay algo de acción. Pero es eso, como estas historias que nos identifican y que hace que uno se vaya de la sala con inquietudes, sensible y alegre.

Celeste Cid estrena en cine “Papá x dos” el 18 de septiembre. Foto de prensa

-Hay una escenas donde tanto el personaje de Ana como el del novio se presentan y ahí aparece la mirada del otro. ¿Cómo es esa mirada y cómo nos construimos a partir de ella? ¿Qué se espera y qué se supone que el otro quiere de nosotros? Ahí aparecen un montón de lugares comunes que se van desarmando.

-Sí, totalmente. Para mi esa escena es re valiosa. Además es una apuesta jugada porque dura mucho tiempo. En una época donde todo es “snack”, todo es muy rápido y las escenas van editadísimas, aparecen dos personajes sentados en una mesa que conversan y que se plantean y que se van transformando en esa charla. Como que ella, no le iba a ir a plantear esto que le terminó planteando, pero él se anticipa a proponerle algo. Entonces, como que se van acomodando esos personajes.

Y a la vez, esta cosa, mientras preguntabas eso, pensaba que a veces la mirada del otro, o la diferencia que el otro trae, siento que estamos todos como muy a la defensiva, de que, bueno, yo no pienso así y ahí me quedo. Como que hay algo de estos personajes que, a pesar de su dificultad de asimilar cosas, se dan un lugar para llegar al otro. Sobre todo, el personaje de Benja: hay escucha, él tiene intención de ver cómo es. Por ahí no sabe cómo se hace, pero me parece que invita a la reflexión y que no sea algo tan reactivo, que son tiempos un poco así. Es lindo ver eso.

«Papá x 2», con Benjamín Vicuña y Celeste Cid. Foto de prensa

-Él da por hecho que Pancho tiene todo para conquistar a Ana, y nunca le pregunta a ella.

-Total. Es de las cosas más cómicas y a la vez más tiernas que tiene. El amor de ella no se discute y él construye algo a través de sus inseguridades. Un poco el personaje de Lucas (Pancho) es el fantasma de Benjamín (Santiago). Son sus miedos con todo lo que él siente no tener. Esa es la película para mí: este personaje que se confronta con ese fantasma y qué puede empezar a reconstruir un lugar.

Ella tiene una gran inteligencia emocional; es un personaje que tiene mucha inteligencia en poder leer y entender lo que siente, entonces le cuesta entender los rollos de él. Es mucho más madura en ese aspecto. A la vez lo conoce y también está enamorada de esa persona con todas esas cosas, no es que quiere que sea otro, entonces confía y le da tiempo para que él haga todo ese proceso.

Son personajes honestos, con sus roturas y sus imperfecciones y haciéndose cargo también de todo eso. Creo que, en definitiva, esta historia reivindica algo sobrevalorado que es la simpleza.

Proyectos para salir “de los lugares conocidos”

-Estuviste bastante tiempo sin filmar. Planners fue en 2023, pero no hacés cine desde 2016 con Artax. ¿Qué te lleva hoy a elegir un personaje después de 30 años de trayectoria?

-Hay algo de intuición, de lo orgánico, de elegir contar lo que me hace bien. Bueno, justo ahora, después de esta peli y producto de esta peli, sucedió una situación que disparó una idea y esa idea finalmente está empezando a convertirse en una serie. Así que estamos acá, empezando a cranear una historia de la que mucho no puedo hablar, pero me para en un lugar distinto en el que normalmente me vieron.

Celeste Cid estuvo muchos años sin filmar películas, y ahora vuelve con “Papá x dos”. Foto de prensa

Me pasa como actriz que necesito contar desde otro lado. En los últimos años me encontraba con personajes con sus particularidades, pero bastante de un tono claro. Entonces sentí la necesidad de poner el cuerpo, sentir que algo de nuevo me desafía y me corre de mis lugares seguros. Esta serie es como la necesidad de sacarme eso del cuerpo, ¿viste? De moverme de una manera que siento que hace unos años ya no me está pasando. Y a la vez la posibilidad de armar equipo, que eso para mí es fundamental.

El día que conoció a Santiago Korovsky y la soledad del éxito inerte

Por primera vez en la entrevista (y no la última), lo personal se va a mezclar con lo profesional. Esta idea de armar equipos y alejarse de la soledad le dispara un recuerdo de hace dos años: el día que conoció a Santiago Korovsky, su actual pareja, en una entrega de premios en la que ambos fueron nominados por sus trabajos

Celeste Cid y Santiago Korovsky. Foto: Instagram.

“Esto nunca lo conté. Bájame las luces -bromea-. Cuando me nominaron a los Premios Cóndor por la serie Planners, yo estaba sola con una amiga que me había acompañado y en la fila de adelante estaba Santi. Lo conocí esa noche y él estaba con todo el elenco de División Palermo, que se ganaban todos los premios y subían una vez, dos veces y tres veces. Siempre festejaban y siempre era una fiesta».

Y agrega: «Yo estaba ahí, sola, con mi amiga y mi premio, sentadita. Y dije ‘¿De qué te sirve tener el premio en la mano si después te falta lo humano?’, ¿para qué querés el reconocimiento si te falta el equipo, el amor con el que tus compañeros te miran o vos también estar apoyando a otros?. Anhelé mucho eso. Hoy, casi dos años después de esa situación, ojalá esté pudiendo construir algo más de grupo humano en donde todos estemos aportando”.

-¡Qué increíble comienzo de una historia de amor! Porque si algo piensa uno que no va a llevar a enamorar a alguien, es que te vean con tus amigos festejando, como en un viaje de egresados.

-¡No, es lo más lindo del mundo! (risas). Y fue algo que me re quedó. Yo igual en ese momento no empecé a hablar con él. Creo, no recuerdo, que él nos felicita en ese momento, pero algo muy pasajero. Y un par de meses después empezamos a hablar.

Pero admiré algo de eso construido, que me parecía algo súper hermoso. Yo tengo 41 y trabajo hace 30 de actriz, que es un trabajo muy solitario, incluso también la escritura. Y hay algo de lo comunitario y grupal que no quiero perder y hoy valoro mucho más.

Su segundo libro publicado

-En este parate de filmación además del amor apareció otra de tus pasiones: tu segundo libro, Intimidad Contame cómo fue ese proceso.

La tapa del libro «Intimidad», de Celeste Cid.

-Hermoso. En realidad, entiendo que la actriz eclipsó cualquier otra cosa que haga y la gente me tiene en ese rol, pero el oficio de escribir es algo que me acompaña hace muchos años y no es muy distinto que el de actuar. En definitiva, es como hablábamos antes, la necesidad de sacar algo de adentro, poner en palabras lo que me pide el cuerpo. Escribir es una manera de hacerlo y actuar es otra; no hay mucha diferencia.

Intimidad lo escribí a los 25 años y me animé a publicarlo 15 años después (obvio que fue modificado con el tiempo). Para algunos es una novela, para otros un poemario. No me gusta catalogarlo, en definitiva, es ordenar sensaciones, miedos, fantasmas y encuentros en una historia.

La falta de memoria

-Te llevo a esos 30 años de carrera de los que hablabas antes. Y casi que no recordás nada de tu vida antes de actuar o cuando empezaste a hacerlo. Hace unos días publicaste un video en redes actuando con Chiquititas en Hola Susana y no te acordás.

-¡No me acuerdo, es lo que te digo!

Celeste Cid en una escena de «Papá x 2». Foto de prensa

-Eso es increíble, ¿no te acordás que estuviste bailando en lo de Susana Giménez?

-No. La edad no viene sola. Es increíble, pero no sé. Yo vivía en una vorágine que no te puedo explicar. Por ahí de afuera se ve solo un recorte, pero para mí eran todos los días así. Hoy era lo de Susana, mañana lo de Tinelli, mañana no sé dónde, después a lo de Mirtha, después al teatro.

Y terminabas la temporada y ¡eran cien funciones en el Gran Rex! Y así era como un torbellino de cosas en donde para nosotros era re natural hacer todo eso. Hoy que lo miro con distancia, digo: «¡Estaba re en una!».

-Es como que sos actriz desde que tenés memoria

-Terrible. De hecho, me cuesta mucho tener recuerdos de antes. Tengo flashazos pero como que hay algo del trabajo que siempre está presente. Mis recuerdos están asociados a qué estaba haciendo en ese momento.

De hecho, después hice de Susana en la serie de Monzón. Y fui al programa de Susana, que me habían invitado muchas veces. Soy medio fóbica, me cuestan esos lugares. Pero cuando hice de ella, no podía ir a su living, y yo pensaba que era la primera vez que había estado ahí, y había estado como cinco veces y no me acordaba. A ella la amo igual, así que le mandamos un beso grande.

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