Tierra del Fuego: Estados Unidos presiona para reactivar el polémico radar británico y busca una base

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Por segunda vez en el año, el almirante Alvin Holsey, jefe del Comando Sur de Estados Unidos, se reunió con autoridades del Ministerio de Defensa y el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas argentinas, y dejó constancia que la potencia del Norte sigue buscando imponer su presencia geopolítica en esta parte del continente. Además de cargar directamente contra la presencia china en la Patagonia, a través de una base satelital que ha alimentado infinidad de sospechas, puertas hacia adentro el militar de alto rango volvió a solicitar la reactivación de un radar de alta potencia que, instalado en Tierra del Fuego, se presume opera bajo control de capitales británicos.

Esa demanda se ubica entre los pedidos que la gestión que encabeza Donald Trump ha realizado con insistencia en el último tiempo. A Estados Unidos también le interesa atracar algunos de sus submarinos nucleares en Ushuaia.

Aunque en el oficialismo se cuidan de decirlo abiertamente, subsiste el temor de que cualquier reacción negativa a los pedidos estadounidenses podría redundar en trabas para las compras de equipamiento militar que el ministerio que encabeza Luis Petri comenzó a cerrar en los últimos meses.

Por ejemplo, la posibilidad de que se alargue la entrega de los vehículos blindados Stryker adquiridos a mitad de año es algo que La Libertad Avanza (LLA) quiere evitar a toda costa.

En su visita más reciente, Holsey tomó parte de la Conferencia Sudamericana de Defensa (SOUTHDEC), que en los últimos días de agosto reunió a autoridades militares de todo el continente y representantes de organismos europeos.

En ese contexto, el militar declaró: «Estamos viendo una incursión metódica del Partido Comunista Chino en la región. Buscan exportar su modelo autoritario, extraer recursos valiosos y establecer infraestructura que podría tener un uso dual, desde puertos hasta instalaciones espaciales».

«Esa presencia tiene consecuencias estratégicas, especialmente en el Cono Sur, donde puntos clave como el Estrecho de Magallanes y el Paso Drake podrían ser utilizados para proyectar poder, interrumpir el comercio o desafiar la soberanía regional«, añadió.

Por su parte, el subsecretario de Defensa de Estados Unidos, Roosevelt Ditlevson, dijo en el mismo espacio que la potencia no busca «una guerra con China, pero estamos decididos a disuadir sus amenazas en esta región».

Ya en el encuentro cerrado con Petri y sus asesores, los representantes estadounidenses volvieron a solicitar novedades respecto de la eventual reactivación del radar instalado en Tolhuin, en territorio fueguino. Hasta el momento, el oficialismo nacional no ha dado muestras concretas de buscar la puesta en marcha inmediata de las antenas.

Por qué a Estados Unidos le interesa el radar

A fines de 2023, el gobierno fueguino quitó los permisos de operación de las antenas tras señalar a LeoLabs, la empresa dueña del radar, como un emprendimiento presuntamente ligado a capitales británicos. Y también argumentar que la tecnología en cuestión podría tener un uso militar.

A mediados de 2023, altos mandos de las Fuerzas Armadas cuestionaron la instalación y su capacidad operativa.

Por su parte, el gobierno de Estados Unidos afirma que LeoLabs es una empresa bajo control de accionistas de ese país.

Y que la labor del radar es seguir el «rastreo de basura satelital». Al mismo tiempo, la administración que encabeza Donald Trump señala que el entramado de antenas genera información clave para empresas como SpaceX y la NASA.

LeoLabs quedó en el centro de la polémica luego de que, a mediados del año pasado, la compañía firmara un acuerdo estratégico con el Ministerio de Defensa del Reino Unido.

El compromiso en cuestión fue notificado por Tony Frazier, director ejecutivo de esa empresa, y, vía ese pacto, el área militar de Gran Bretaña pasó a tener acceso a toda la información recabada por los radares instalados por LeoLabs en distintos puntos del planeta.

Estados Unidos también quiere una base en Ushuaia

A la par de esta situación, y tal como publicó iProfesional en mayo pasado, Estados Unidos también mantiene la intención de promover la eventual instalación de una base de submarinos al servicio de la armada de ese país. La iniciativa, expuesta a funcionarios de la Casa Rosada por el mismo Holsey en su primera visita de este año, rápidamente cosechó todo tipo de rechazos en territorio fueguino.

Según reconocen fuentes ligadas al gobierno de esa provincia, la solicitud de establecer un atracadero para los sumergibles estadounidenses se ubica dentro del plan general de consolidar una base integrada en Ushuaia.

En Tierra del Fuego afirman que la posibilidad de que los submarinos estadounidenses operen desde ese distrito se corresponde con la idea norteamericana de consolidar su presencia militar en el Atlántico Sur y la Antártida. Y que ese precepto se ajusta a la estrategía de Donald Trump de reducir al mínimo la influencia de China en esta parte del mundo.

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