El precio del dólar oficial escaló 14% en julio, para reacomodarse en los últimos días en torno a los $1.340 en el segmento minorista. Tras alcanzar su récord nominal, resulta interesante establecer si el dólar está caro o barato en términos reales.
Para analizar esto, se tomó como referencia el precio actualizado que tuvo el dólar blue en los últimos 10 años, debido a que es una referencia que no estuvo «intervenida» durante los distintos períodos históricos, en los que hubo cepo cambiario.
Un dato que se debe considerar es que desde mediados de abril pasado, el Gobierno levantó el cepo para individuos, y el dólar oficial mayorista comenzó a flotar en una banda establecida de no intervención por parte del Banco Central, que en la actualidad ronda entre $1.040 y $1.450, que se actualiza a razón de 1% mensual. Apenas a un ritmo inferior que la inflación.
En resumidas cuentas, en todo el año, el dólar oficial avanza alrededor de 28%, mientras que el blue, que estaba más «sincerado» a la libre oferta y demanda, asciende 7% en el acumulado de 2025.
Incluso, hoy el billete informal se ubica a un valor en torno a los $1.325, una cifra más baja de lo que se consigue en bancos y casas de cambio.
Para tener una referencia, cuando asumió Javier Milei como presidente de la Nación, el blue se ubicaba en $1.070 en su primer día de gestión, y a las pocas semanas, en enero de 2024, llegó a un máximo de $1.255.
Por lo tanto, si se traslada la inflación acumulada en la «era Milei» al valor que tenía el dólar informal al inicio de la misma, hoy el precio del billete debería ubicarse en torno a los $2.313. Alrededor de un 75% más que el precio actual.
Otro comparativo a considerar, es que el dólar blue alcanzó su precio nominal máximo histórico el 12 julio del año pasado, cuando llegó a los $1.500. Por ende, esa cifra, ajustada por la inflación acumulada desde esa fecha al presente, equivale a un precio cercano a los $1.960 actuales.
Por otro lado, si se comparan los valores más altos a los que tocó el blue en los últimos 10 años, el máximo registrado data de octubre de 2020, en plena crisis desatada por la pandemia, cuando tuvo un número actualizado de $4.190.
Un monto que es 217% más elevado que el precio actual del billete informal.
Y en otro de los momentos de crisis cambiaria de los últimos años, que fue en octubre de 2023, en pleno momento de incertidumbre política y económica de las últimas elecciones presidenciales, el blue llegó a un valor máximo, a cifras actuales, de $3.290.
Ahora bien, se puede decir que el precio actual del billete informal es, incluso, el más bajo de la última década, debido a que es inferior al mínimo que alcanzó entre marzo de 2016 y marzo de 2018, en el gobierno de Mauricio Macri, cuando estuvo a $1.370, a valores actuales. Período en el que tampoco había cepo cambiario.
Por el momento, las proyecciones de los economistas indican que en los próximos meses la tendencia del precio del dólar será al alza, por la tensión política previa a las elecciones legislativas y por el menor ingreso de divisas del campo, debido a que ya se encuentra la temporada baja de la cosecha.
«Naturalmente, en los próximos meses el ´ruido´ político derivado de las elecciones de medio término puede agitar las aguas, y dependerá todo de los resultados electorales», reflexiona Andrés Méndez, director de AMF Economía.
El precio actual del dólar, en torno a $1.325, es el más bajo de los últimos 10 años.
El dólar blue se encuentra en los niveles más bajos en una década
Si bien, a precios actuales, el dólar se encuentra en los niveles más bajos de los últimos 10 años, los analistas ponen sobre la mesa el factor de «competitividad» que debería tener el tipo de cambio para favorecer a varios sectores de la economía y a las exportaciones.
«El dólar en torno a $1.350 implica una aumento del tipo de cambio nominal de 25% respecto al 11 de abril, que fue cuando se terminó el cepo para las personas humanas. En el mismo período la inflación fue de 16%. Esto quiere decir que el dólar real subió un 16%, un porcentaje similar al avance del tipo de cambio multilateral, que considera, además del dólar, a la evolución de las monedas con que comercia Argentina«, resume Jorge Colina, economista e IDESA, a iProfesional.
Por lo tanto, considera que «hubo una mejora» de la competitividad cambiaria con la suba reciente del precio del dólar, al acercarse a la parte más alta de la banda de flotación.
Aunque el propio Gobierno, y varios analistas, sostienen que la competitividad del país no solo se logra con «tocar» el precio del tipo de cambio, sino con optimizar otros factores claves de la cadena productiva y burocrática de cada país.
«Este nivel de precio de dólar es un oxígeno para la producción, pero, dadas las grandes distorsiones del sistema productivo, como el impuesto al cheque, ingresos brutos, tasas municipales, entre otras, y la falta de infraestructura logística, esta mejora de la competitividad cambiaria no compensa la baja competitividad estructural de la economía«, concluye Colina.
Al respecto, viene a la memoria la polémica frase que dijo el ministro de Economía, Luis «Toto» Caputo, hace unos dos meses atrás, cuando el dólar oficial había llegado en torno a $1.160, y al cuestionarle un sector el atraso cambiario y que el dólar estaba barato, el funcionario respondió: «Comprá, no te la pierdas, campeón».
Incluso, paso seguido aclaró en ese entonces que, si no fuese por la demanda de importadores y turismo, la cotización del billete estadounidense debería estar en torno a los $900. Hoy la realidad marca otro escenario.
«El salto del dólar mejora la competitividad cambiaria pero persisten riesgos. La fuerte corrección del dólar oficial durante julio generó un ajuste en el Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM), indicador clave que mide la competitividad de la economía argentina frente a sus principales socios comerciales. Este movimiento contribuyó a corregir los desequilibrios que se habían acumulado durante el verano, cuando la apreciación del peso favoreció la salida de divisas por turismo y deterioró la cuenta corriente», sostiene Ignacio Morales, jefe de inversiones de Wise Capital.
Pese a esta recuperación, este analista sostiene que «todavía hay factores de vulnerabilidad, porque la demanda de cobertura persiste en un contexto de incertidumbre electoral, y la sostenibilidad del nuevo equilibrio dependerá de la evolución macroeconómica en los próximos meses».