River logró su clasificación a la Copa Libertadores 2025 tras golear a Rosario Central por 4-0 en el estadio Monumental en la anteúltima fecha de la Liga Profesional de Fútbol (LPF), pero aún no tiene asegurada su participación directa en la fase de grupos.
Una serie de resultados adversos podría relegar al equipo de Marcelo Gallardo a disputar el repechaje, una instancia que el club no transita desde hace varios años. La definición dependerá de lo que ocurra en la última jornada de la Liga Profesional y en la final de la Copa Argentina.
Actualmente, el Millonario ocupa el tercer lugar en la tabla anual con 70 puntos, detrás de Vélez (73) y Talleres (72). Sin embargo, el desenlace del campeonato y la Copa Argentina podrían alterar las posiciones finales.
Para que caiga al repechaje, primero debe perder o empatar contra Racing en Avellaneda este fin de semana. Luego, sería necesario que Huracán gane el título en la última fecha frente a Vélez. Finalmente, si Central Córdoba de Santiago del Estero conquista la Copa Argentina, el panorama se complicaría aún más para los de Núñez.
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Este escenario no solo afectaría la planificación deportiva, que debería ajustar su pretemporada a un calendario más temprano, sino también su estrategia económica, ya que el ingreso a la fase de grupos asegura mayores recursos financieros. A pesar de estos riesgos, el equipo tiene la ventaja de depender de sí mismo.
El drama también lo persigue a Boca: aun puede juega la Copa Sudamericana 2025
El drama también alcanza a Boca, el eterno rival de River, que podría quedar relegado a la Copa Sudamericana si se combinan resultados como la consagración de Central Córdoba en la Copa Argentina y de Huracán en la Liga.
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Ambos equipos se juegan mucho en la última fecha, con la peculiaridad de que «alientan» indirectamente al Fortín, el único resultado que favorece a ambos.
Con todo en juego, la última jornada de la Liga Profesional promete emociones intensas. Para River, la tarea es clara: ganar y evitar un repechaje que no solo afecta el calendario, sino que también podría ser un dolor de cabeza inesperado para el proyecto de Gallardo.
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